
Venia ya de regreso para buscar a mi querido amo tranquilo porque sabia que ya no tenia ninguna responsabilidad cuando vi a lo largo unos peregrinos que se acercaban. Comenzaron a cantar y a pedirme limosna pero lo mas que pude darles fue un pedazo de pan y de queso asi que me fui y algo raro paso. Uno de ellos me abrazo y se sabia mi nombre. Cuando lo reconoci era mi viejo vecino y amigo Ricote que se tuvo que ir de Espa;a cuando mi majestad expulso a los moros. Me invito a comer y vieran que buen festin el que nos dimos. Los otros me decian algo pero la verdad no les entendia mucho. Ricote me conto que volvi por un tesoro que habia dejado escondido y para llevarse a su hija y esposa a Alemania. Que suerte que tuvo este hombre en encontrar casa en Alemania. Me invito a que lo acompa;ara en su viaje y me ofrecia buena paga pero la verdad primero queria volver con mi amo y me daba miedo ir contra las ordenes del rey. Ademas no me gusto que se burlara cuando le dije que habia sido gobernador. Al final nos despedimos y cada uno seguimos nuestro camino..
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