A la ma;ana siguiente me desperte bastante perezoso y las palabras de mi amo no me animaban mucho a levantarme pero en eso senti un olorcito a carne que en un segundo ya estaba sobre mi burro para ponernos en camino. Vieran ustedes cuando llegamos a la boda. Para mi era un paraiso y sue;o hecho realidad. ¡Montones de comida por todo lado! Cerdo y gallinas y gansos listos para comer y cuando me vi fue acercandome hacia los cocineros. Para mi sorpresa no me van regalando una olla con una cantidad de comida. Yo estaba que me desmayaba y por dicha Dulcinea no estaba porque mi amo estaba con los ojos bien prendidos viendo a las bailarinas. Toda esta fiesta la verdad me hizo cambiar de opinion sobre Camacho y mi amo se molesto bastante. No le di mucha importancia porque mi mente estaba en la comida pero terminamos hablando de la muerte y la verdad no me quedo mal el tema me dije un buen discursillo. Al final mi amo me dejo seguir comiendo y hasta el se animo a probar...
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